No tiene nombre
Amaneció soleado y muy frío.
La panza hace semanas comenzó a tener vida propia, y para regresarla a unas dimensiones mas o menos portátiles salgo a hacer una hora de bicicleta cada mañana.
Encerré al viejo cínico en el espejo del baño, me disfracé de deportista, caché el mp3 player, la bicicleta y salí.
Los primeros minutos seguí el recorrido más o menos habitual, las mismas calles hasta la rambla, una parada allí a disfrutar de paisaje que de por sí justifica vivir aquí dejando de lado otras consideraciones.
Luego retomar el camino de siempre, cruzarse con los atletas mañaneros de siempre, una desgracia todos ellos, como yo pero con 130 años más (el menor de ellos).
Pero hoy a los 10 minutos estaba cambiando de paso y recorrido, me puse a pasear casi sin darme cuenta, a escuchar música y contemplar las casas, en su mayoría vacías hasta el próximo verano.
Para quien no conozca éstos pagos, la señalización de las calles es casi inexistente, y a diferencia de las ciudades más grandes, aquí las casas no tienen la habitual chapa en la fachada con el número de puerta.
Aqui las casas tienen nombre, quizás no todas, pero sí la mayoría de ellas.
Es normal decir, calle tal y tal, chalet "El Bunker".
Bueno, hay excepciones, la casa que yo alquilo no tiene nombre; luce una piedra a la entrada donde debería leerse algún nombre, pero no dice nada.
He pensado muchas veces que debería bautizarla para facilitar la identificación, quizás algún día quiera que me encuentren, por alocada que parezca esa hipótesis.
Tengo una predisposición casi fóbica a los nombres del tipo "Mi casita", "Mi sueñito", "Mi largamente acariciado anhelo devenido en dichosa realidad" o alguna otra boludez por el estilo. Llegado el caso es mucho más canchero un número de puerta.
A dos cuadras de casa hay un chalet que en vez de nombre tiene un gran cartel que dice "23"; lo veíamos cada tarde al bajar a la playa, y un día mi hijo preguntó qué quería decir ese número.
Yo con mi buen humor habitual le contesté que llevaban la cuenta de cuántos giles hacían la misma pregunta boluda al pasar por la puerta, y que seguramente en un rato saldría el dueño a reemplazar aquel número por un "24".
A la mañana siguiente al bajar a la playa el enano me dice...
- papi
- qué, enano ?
- me parece que no tenías razón, debe querer decir otra cosa, todavía está el "23", pobre ángel.
Con Moby en las orejas divago mientras voy reparando en los nombres de las casas, quizás buscando inspiración.
Rock ya'all,
no stop ya'll,
to the beach ya'all,
the bodyrock ya'll,
Hay de todo, están los nombres descriptivos, los conmemorativos, los poéticos, los filosóficos, los políglotas, los indigenistas, los pretenciosos, los misteriosos, los cursis, los culturosos, y centenares de etcéteras.
Ahí por ejemplo, esa casa se llama Los Tilos y tiene 3 tilos en la entrada... o esa otra; se llama Cedro Azul, el cartel descansa al pie de un cedro azul que está delante de la casa.
Es de suponer que se trata del nombre de la casa y no una explicación de la especie de árbol. Al menos eso sospecho yo porque las demás plantas no tienen cartel.
Si al lado de las petunias hubiera un cartel donde se leyera "Petunia" cambiaría de opinión, pero no es el caso.
Otra más.. El Sauce jeje, fácil aunque..., bueh, tiene una palmera, lo que viene a confirmar que no habla del árbol sino de la casa, o no sabe un carajo de botánica, o el sauce homenajeado lo tiene en el fondo y desde acá no se ve, o se refiere a la localidad de "El Sauce".
La de al lado mantiene el tenor botánico del barrio, se llama Araucaria, y ciertamente esa cosita chiquita que casi no se ve parece ser una araucaria, o al menos lo será algún día.
Yo en su lugar habría puesto en el cartel "Araucaria coming soon", pero bueno, capaz es muy largo, así como está ya es más grande el cartel que el árbol.
Parece que si le ponés un nombre original a la casa en éste barrio te sacan a patadas, ahí hay otra más, La Palmera .
mmm, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 palmeritas, cual será la del nombre ?
Obviamente una de esas palmeras es especial, si no la casa se llamaría Pila de Palmeras, o Cuánta Palmera o Los Palmares de Fulano, pero se llama La Palmera lo que me hace sospechar que una de ellas es singular.
Detuve la bicicleta y empecé a observar con disimulo buscando algo que hiciera especial a alguna de ellas hasta que salió un gordo al jardín y se puso a mirarme fijo con cara de "me-querés-afanar-la-palmera-y-yo-te-descubrí", así que me hice el que me subía la media y seguí pedaleando, tengo que volver otro día a develar el misterio.
Otra, El arbolito de Pipa, esto ya se hace monótono.
Hasta donde yo sé las pipas no vienen en árbol, cualquiera sabe que son un tubérculo (con perdón), así que seguramente no alude a las pipas de fumar sino que Pipa debe ser la vieja que está sentada en el porche, y con seguridad es dueña de la casa y del árbol.
Lo curioso es que la casa se llame El arbolito de Pipa y no La casita de Pipa, aunque ahora que veo bien la casa no es mala idea tratar de desviar la atención hacia el árbol.
today is rock ya'all,
no stop ya'll,
to the beach ya'all,
the bodyrock ya'll,
Me embolé de los botánicos, tiene que haber algún nombre decente que no sea vegetal, solo está faltando Los espárragos de Manuel o algo asi de divertido como El césped.
Bueh, esa por ejemplo !, no será muy original pero zafamos del trauma ecológico, La loma de Juel, y apostaría a que Juel es el dueño, que por su bien espero que esté en mejor estado que la propiedad.
- A dónde fuiste ?
- ufff, fui hasta la Loma de Juel ( que quiere decir que fue muy lejos).
Otra, Juco House, que debe ser la casa de Mister Juco, a menos que 'Juco' se le diga a algo que yo ignoro y capaz hasta me estoy perdiendo de algo bueno.
Y más políglotas como los de Wester's House.
Estos tipos quieren dejar bien claro quien es el puto dueño de casa, y ya desde la calle te avisan que el que manda es el loco Wester, así que si entrás bancátela.
Y de paso, ni se te ocurra golpear para preguntar si acá vive Rodríguez, si fuera así diría Lo de Rodríguez, no seas nabo.
Hay nombres que ya sin gente a la vista nos alerta sobre las pocas pulgas del propietario, si no a quién se le ocurre ponerle a su casa Acá no es.
De todas formas lo prefiero a Vieja ilusión o Casa Linda, y hay peores.
Están los que no contentos con homenajear a algún pariente, como Isabel, Ramón, o El imbécil de Andrés (en realidad ésta última me la inventé), quieren homenajear a varios, por ejemplo a sus tres hijos llamados Pedro, Omar y Ronaldo, y le ponen a la casa cosas tan malsonantes como Ped-Oma-Ron o algún otro atentado a la lógica y el buen gusto.
Así pululan los Carymari, FerTere, y otras idioteces similares que luego padece todo el balneario porque al señor se le ocurrió alcahuetear a la parentela.
También están los imbancables que se la saben lunga.
Como no podía ser de otra manera se les nota que se las saben todas ya desde la calle, cuando llegás a la casa y ves el cartel: El secreto de vivir, Rebelde Vim, Vive como quieras, Gente independiente... sabés que si entrás vas a salir con los huevos hechos pomada.
Están los poetas frustrados (Estrella del Alba, Oro del Sol), los atorrantes (Panza Arriba), los cínicos (En la lona), los optimistas (Esta es...), los jodidos (Socios), los daltónicos (Casa Azul), los cinéfilos (E la nave va), los lectores (La Tregua) o los viciosos (Whisky), hay de todo.
Conté unas 12 casas que se llaman Ñanderoga, comienzo a creer que hay alguna exhoneración impositiva por usar ese nombre.
Regresé sin decidirme sobre que nombre ponerle a la casa, si inclinarme por algo enigmático tipo Si Te Agarro..., si dar en cambio una imagen más culta y recurrir a algún clásico tipo Los inviernos del Dante o Ladran Sanchez !... tengo que pensarlo, me queda un año más de alquiler acá.
Quizás finalmente no me decida por ningún nombre y lo deje así, en blanco, lacónico pero digno.
La panza hace semanas comenzó a tener vida propia, y para regresarla a unas dimensiones mas o menos portátiles salgo a hacer una hora de bicicleta cada mañana.
Encerré al viejo cínico en el espejo del baño, me disfracé de deportista, caché el mp3 player, la bicicleta y salí.
Los primeros minutos seguí el recorrido más o menos habitual, las mismas calles hasta la rambla, una parada allí a disfrutar de paisaje que de por sí justifica vivir aquí dejando de lado otras consideraciones.
Luego retomar el camino de siempre, cruzarse con los atletas mañaneros de siempre, una desgracia todos ellos, como yo pero con 130 años más (el menor de ellos).
Pero hoy a los 10 minutos estaba cambiando de paso y recorrido, me puse a pasear casi sin darme cuenta, a escuchar música y contemplar las casas, en su mayoría vacías hasta el próximo verano.
Para quien no conozca éstos pagos, la señalización de las calles es casi inexistente, y a diferencia de las ciudades más grandes, aquí las casas no tienen la habitual chapa en la fachada con el número de puerta.
Aqui las casas tienen nombre, quizás no todas, pero sí la mayoría de ellas.
Es normal decir, calle tal y tal, chalet "El Bunker".
Bueno, hay excepciones, la casa que yo alquilo no tiene nombre; luce una piedra a la entrada donde debería leerse algún nombre, pero no dice nada.
He pensado muchas veces que debería bautizarla para facilitar la identificación, quizás algún día quiera que me encuentren, por alocada que parezca esa hipótesis.
Tengo una predisposición casi fóbica a los nombres del tipo "Mi casita", "Mi sueñito", "Mi largamente acariciado anhelo devenido en dichosa realidad" o alguna otra boludez por el estilo. Llegado el caso es mucho más canchero un número de puerta.
A dos cuadras de casa hay un chalet que en vez de nombre tiene un gran cartel que dice "23"; lo veíamos cada tarde al bajar a la playa, y un día mi hijo preguntó qué quería decir ese número.
Yo con mi buen humor habitual le contesté que llevaban la cuenta de cuántos giles hacían la misma pregunta boluda al pasar por la puerta, y que seguramente en un rato saldría el dueño a reemplazar aquel número por un "24".
A la mañana siguiente al bajar a la playa el enano me dice...
- papi
- qué, enano ?
- me parece que no tenías razón, debe querer decir otra cosa, todavía está el "23", pobre ángel.
Con Moby en las orejas divago mientras voy reparando en los nombres de las casas, quizás buscando inspiración.
Rock ya'all,
no stop ya'll,
to the beach ya'all,
the bodyrock ya'll,
Hay de todo, están los nombres descriptivos, los conmemorativos, los poéticos, los filosóficos, los políglotas, los indigenistas, los pretenciosos, los misteriosos, los cursis, los culturosos, y centenares de etcéteras.
Ahí por ejemplo, esa casa se llama Los Tilos y tiene 3 tilos en la entrada... o esa otra; se llama Cedro Azul, el cartel descansa al pie de un cedro azul que está delante de la casa.
Es de suponer que se trata del nombre de la casa y no una explicación de la especie de árbol. Al menos eso sospecho yo porque las demás plantas no tienen cartel.
Si al lado de las petunias hubiera un cartel donde se leyera "Petunia" cambiaría de opinión, pero no es el caso.
Otra más.. El Sauce jeje, fácil aunque..., bueh, tiene una palmera, lo que viene a confirmar que no habla del árbol sino de la casa, o no sabe un carajo de botánica, o el sauce homenajeado lo tiene en el fondo y desde acá no se ve, o se refiere a la localidad de "El Sauce".
La de al lado mantiene el tenor botánico del barrio, se llama Araucaria, y ciertamente esa cosita chiquita que casi no se ve parece ser una araucaria, o al menos lo será algún día.
Yo en su lugar habría puesto en el cartel "Araucaria coming soon", pero bueno, capaz es muy largo, así como está ya es más grande el cartel que el árbol.
Parece que si le ponés un nombre original a la casa en éste barrio te sacan a patadas, ahí hay otra más, La Palmera .
mmm, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 palmeritas, cual será la del nombre ?
Obviamente una de esas palmeras es especial, si no la casa se llamaría Pila de Palmeras, o Cuánta Palmera o Los Palmares de Fulano, pero se llama La Palmera lo que me hace sospechar que una de ellas es singular.
Detuve la bicicleta y empecé a observar con disimulo buscando algo que hiciera especial a alguna de ellas hasta que salió un gordo al jardín y se puso a mirarme fijo con cara de "me-querés-afanar-la-palmera-y-yo-te-descubrí", así que me hice el que me subía la media y seguí pedaleando, tengo que volver otro día a develar el misterio.
Otra, El arbolito de Pipa, esto ya se hace monótono.
Hasta donde yo sé las pipas no vienen en árbol, cualquiera sabe que son un tubérculo (con perdón), así que seguramente no alude a las pipas de fumar sino que Pipa debe ser la vieja que está sentada en el porche, y con seguridad es dueña de la casa y del árbol.
Lo curioso es que la casa se llame El arbolito de Pipa y no La casita de Pipa, aunque ahora que veo bien la casa no es mala idea tratar de desviar la atención hacia el árbol.
today is rock ya'all,
no stop ya'll,
to the beach ya'all,
the bodyrock ya'll,
Me embolé de los botánicos, tiene que haber algún nombre decente que no sea vegetal, solo está faltando Los espárragos de Manuel o algo asi de divertido como El césped.
Bueh, esa por ejemplo !, no será muy original pero zafamos del trauma ecológico, La loma de Juel, y apostaría a que Juel es el dueño, que por su bien espero que esté en mejor estado que la propiedad.
- A dónde fuiste ?
- ufff, fui hasta la Loma de Juel ( que quiere decir que fue muy lejos).
Otra, Juco House, que debe ser la casa de Mister Juco, a menos que 'Juco' se le diga a algo que yo ignoro y capaz hasta me estoy perdiendo de algo bueno.
Y más políglotas como los de Wester's House.
Estos tipos quieren dejar bien claro quien es el puto dueño de casa, y ya desde la calle te avisan que el que manda es el loco Wester, así que si entrás bancátela.
Y de paso, ni se te ocurra golpear para preguntar si acá vive Rodríguez, si fuera así diría Lo de Rodríguez, no seas nabo.
Hay nombres que ya sin gente a la vista nos alerta sobre las pocas pulgas del propietario, si no a quién se le ocurre ponerle a su casa Acá no es.
De todas formas lo prefiero a Vieja ilusión o Casa Linda, y hay peores.
Están los que no contentos con homenajear a algún pariente, como Isabel, Ramón, o El imbécil de Andrés (en realidad ésta última me la inventé), quieren homenajear a varios, por ejemplo a sus tres hijos llamados Pedro, Omar y Ronaldo, y le ponen a la casa cosas tan malsonantes como Ped-Oma-Ron o algún otro atentado a la lógica y el buen gusto.
Así pululan los Carymari, FerTere, y otras idioteces similares que luego padece todo el balneario porque al señor se le ocurrió alcahuetear a la parentela.
También están los imbancables que se la saben lunga.
Como no podía ser de otra manera se les nota que se las saben todas ya desde la calle, cuando llegás a la casa y ves el cartel: El secreto de vivir, Rebelde Vim, Vive como quieras, Gente independiente... sabés que si entrás vas a salir con los huevos hechos pomada.
Están los poetas frustrados (Estrella del Alba, Oro del Sol), los atorrantes (Panza Arriba), los cínicos (En la lona), los optimistas (Esta es...), los jodidos (Socios), los daltónicos (Casa Azul), los cinéfilos (E la nave va), los lectores (La Tregua) o los viciosos (Whisky), hay de todo.
Conté unas 12 casas que se llaman Ñanderoga, comienzo a creer que hay alguna exhoneración impositiva por usar ese nombre.
Regresé sin decidirme sobre que nombre ponerle a la casa, si inclinarme por algo enigmático tipo Si Te Agarro..., si dar en cambio una imagen más culta y recurrir a algún clásico tipo Los inviernos del Dante o Ladran Sanchez !... tengo que pensarlo, me queda un año más de alquiler acá.
Quizás finalmente no me decida por ningún nombre y lo deje así, en blanco, lacónico pero digno.