viernes, 12 de octubre de 2007

Exijo mi soborno, ya!

Yo hice mi parte.
Me tomé el ómnibus a las 8 y poco.
A las 9 y media me estaba haciendo torturar por el dentista de todas las formas posibles, a saber:
1.- dejándome inyectar con una jeringa como de 80 cms (capaz un cacho menos) en mi pobre encía
2.- escuchando cuánto me va a salir el arreglo sin llorar ni nada (comenzarán en breve los asaltos a bancos)
3.- hablando de blogs y web 2.0 con el loco de la jeringa mientras yo tenía la mitad de la jeta dormida de un modo totalmente ridículo.

Salí de allí y el bendito 181 no solo no me paró,sino que creo que se fueron cagandose de risa de mí, guarda y conductor.
Ya van a caer a hacer un comment y se los voy a borrar, ja! (soy un salado)

Luego fui al peluquero, con quien me corto el pelo desde hace unos 25 años.
Estaba cumpliendo 59 (aparenta 45), y nos pusimos a hablar de le edad.
Yo le dije que estaba muy bien para 59, y él me dijo que yo estaba hecho mierda.
Me retiré con el pelo más corto, el bolsillo más flaco y me encaminé hacia mi Whopper.

Es decir, caminé bajo lluvia desde Bvr. España y Sarmiento hasta el Punta Carretas sólo para darme mi premio, una obscena, morbosa y sexy Whopper de Burger King!!!!
En realidad me quedé dando vueltas por el shopping como un estúpido casi hora y media esperando que se me despertara la cara de la anestesia del dentista.

Finalmente me encaminé hacia la plaza de comidas riendo entre dientes mientras pensaba en la envidia que provocaría mi relato del acto carnal con la hamburguesa.
Me encontré una serie de andamios y un cartel que decía:

Nos estamos renovando para vos
(Juro que por un momento creí leer "...para vos, Skyzo")


Cómo que se están renovando para mí ?
Y mi hamburguesa ?
Fui hasta los juegos para los pendejos buscando alguna ventanilla de emergencia...
Estaba cerrado, de reparaciones, claro, tenía que ser!
Si a mi me dicen Glad Consuerte !
Yo sé que detrás de ésto hay una mano negra (no tengo pruebas pero las tendré).

Cabizbundo y meditabajo me fui a la competencia a comprar alguna porquería, y me pareció que la Mac Nífica era parecida.
Y es parecida... en la foto.
Ya el tamaño de la cajita me hizo desconfiar.
El tamaño de la hamburguesa me entristeció, no daba ni para quejarse, pobre.
Me la comí y me quedé escuchando a un tipo que tocaba la viola y una pelirroja que tocaba la trompeta muy bien (muy bien ella, ni idea como tocaba).
Después me fui sintiéndome estafado, me empapé hasta disfrutarlo, y volví a casa.

El martes tengo dentista de nuevo, pero no-voy-nada.
Quiero-mi-hamburguesa.
Punto final.