martes, 16 de octubre de 2007

Que digan lo que quieran

Tres veces estuve en París, dos veces en el 96 durante el viaje de Arquitectura, y una en el 98 en la luna de miel que dividimos entre la ciudad luz y Ginebra.
Todo el mundo debería poder ver Paris al menos una vez en la vida, será quizás la ciudad más hermosa del mundo. Sé que no soy original al decir ésto, no hay problema.
Sumando las visitas habré estado allí cerca de dos meses, lo que la hace la ciudad de Europa donde pasé más tiempo.
No puedo evitar recordarla con cariño, pasé buenos momentos allí.



El sábado pasado tuve una noche bastante particular, y anduve escuchando discos viejos.
Tengo algo más de 500 cds de audio, sin contar los de mp3, lo que implica que hay discos que pasan a veces años sin ser escuchados completos, pese a que la música me acompaña prácticamente todo el día.
Por allí pasó entre otros un español que admiro profundamente, Carlos Cano, fallecido en el 2000.
Cuando de él comenzó a sonar A Paris, como cada vez que la escucho mi mente se va sola hacia Montmartre o Pigalle, es inevitable.

Obviamente he resultado un blogger bastante obsesivo, y claro, tomé nota mental: "voy a contar alguna anécdota de Paris y poner la canción de Cano".
Tengo costumbre de atar alguna historia a alguna canción, porque sí nomás, porque muchas veces el desencadenante son esas canciones, como en ésta ocasión.


Cuando los tipos andamos con una mina en la cabeza se complica pensar en algo más.
Yo soy conciente que me repito y me pongo monotemático, hablar de París era una buena para ventilarse, aunque a veces no se puede.
De alguna forma la mente, bastante retorcida en mi caso al menos, se las ingenia para relacionar unos y otros temas de manera por demás caprichosa.

La canción de Carlos Cano es un homenaje a la Piaf, y allí menciona a "Theo Sarapo, el oso de trapo que amaba a una diosa".
No tengo que decir que me encantó esa imagen, esa sensación de asimetría de un muñeco de trapo enamorado de una diosa me pareció que en ocasiones uno se siente así.
Asumí que se trataría de una alusión a algún cuento infantil o algo por el estilo, y me puse a buscar quién es Theo Sarapo para redondear mi "imagen mental", y dí con una historia que no conocía.



Edith Piaf era ya una mujer de 47 años, consagrada internacionalmente.
Había tenido múltiples romances que la prensa daba a conocer tal como ahora hacen las revistas de chismes.
Un día apareció con un tipo de 26 años, muy pintún, un peluquero griego que se llamaba Theo Lambukas. Ella le llamaba "Theo Sarapo", que en griego significa "te amo", y sería el nombre por el que se le conocería.
Cuando se casaron se rumoreó que el interés del joven era aprovecharse de la fortuna y la fama de la Piaf, muy envejecida para su edad.
Un año y un día después ella murió del cáncer que la aquejaba, y él, Theo Sarapo fue el único heredero de la famosa cantante.
El desapareció de la vida pública durante mucho tiempo, mientras se le acusaba de haberse casado por interés, y sin responder a aquellas acusaciones.
La verdad recién se supo cuando murió, lo único que heredó aquel tipo fueron las enormes deudas de la esposa, deudas que fue pagando una a una, y al acabar de hacerlo, se suicidó.


Personalmente no sabía de éste personaje hasta ahora.
Y más allá de la anécdota, que es bastante triste por cierto, me dejó pensando en cuántas estupideces dice la gente sin saber de lo que habla a veces.
Y hay quien sale a desmentir las falsedades, le crean o no, y hay quien se calla y se ocupa de lo importante, sabiendo que está haciendo lo correcto, y que digan lo que quieran.




A Paris


Paris, la vie c'est jolie
Paris, la vie c'est comme ça
canta una sombra en París
por las calles de Pigalle.
Rosa de negro perfil,
abren las flores del mal
dejando sobre París
comme un souvenir
de fiebre y cognac.

Cuando la noche convierte
suspiro en serpiente
muerde la manzana.
Bajo la luz de la luna
de amor la cintura,
se quema en la llama.
Como usted comprenderá, monsieur,
ritmo de vida infernal:
la espina de esta canción
con el corazón
a París se irá.

A Paris
a Paris mon coeur s'en va.
A Paris
a Paris j'avais vingt ans.
A Paris
a Paris c'est tout, c'est toi.
Al son del acordeón
se abraza el amor
con la soledad.

Allez venez vous Milord
Allez venez vous madame
Ecoutez cette chanson,
es primavera en Pigalle.
Y hay que vivir y reír
y hay que reír y soñar,
que aquí no hay nada mejor
para el corazón
que amar y olvidar.

La vida color de rosa.
El amor de un loco
y una mariposa.
La historia de Theo Sarapo
el oso de trapo
que amaba a una diosa.

No pierda el tiempo en sufrir
hay que aprender a volar.
Olvide, viva feliz
que sólo en París
se puede olvidar.

A Paris
a Paris mon coeur s'en va.
A Paris
a Paris j'avais vingt ans.
A Paris
a Paris c'est tout, c'est toi.
Al son del acordeón
se abraza el amor
con la soledad.

Carlos Cano