martes, 9 de enero de 2007

Humo en el cerebro


Toy muy preocupado, realmente muy preocupado.
Es que siendo como soy, un pobre ignorante, no había evaluado las posibles consecuencias de mis actos hasta hace pocos meses.
Pero la Providencia envió en mi ayuda a seres mucho más elevados que yo gritando a los cuatro vientos "éste pobre imbécil no sabe lo que hace!, caguémoslo a patadas!, y ya de paso informémoslo!, o al menos hagámosle creer eso".
Me refiero como cualquiera con dos dedos de frente sabe, a los superdotados del Ministerio de Salud Pública, que tienen como una de sus múltiples tareas humillar tanto como sea posible a las ovejas descarriadas que atentan contra su propia salud.
Para el caso que nos ocupa, los fumadores, entre los que me incluyo (lo sé, lo sé, soy un imbécil, ya me lo dijeron los del MSP).
Y es que para eso les pago el sueldo, para que me hagan sentir tan miserable como sea posible, por mi bien por supuesto.


La cruzada civilizadora hace que éstos auténticos adalides del humanismo nunca descansen; de hecho tengo información reservada que indicaría que a partir de junio del 2007 se lanzará una revolucionaria nueva campaña, en la que las cajillas de cigarrillos vendrán con una leyenda en color anaranjado fosforecente que brillará en la oscuridad, y en la que se podrá leer por ejemplo "El que fuma es un tarado", "Por qué mejor no te pegás un tiro", o "Jesús no fumaba, y vos gil ?", entre otras.
Será la nueva estrategia para concientizar a los que tercamente se rehúsen a entender por las buenas que es por su bien.
Quedarán para etapas futuras los azotes en la Plaza Matriz y la expedición de un Certificado de Fe Sanitaria, que clasificaría en A, B, o C a los ciudadanos, según sean No fumadores, ex-fumadores, o fumadores respectivamente.
Está a estudio cuales serían las consecuencias de estar en una u otra categoría, pero sí existe convicción en las altas esferas que eso nos pondrá definitivamente a la vanguardia mundial en la lucha contra éste flagelo (chupate esa mandarina).


Pero bueno, de momento hay que conformarse con lo que hay, que no es poca cosa, che.
La campaña que actualmente adorna los paquetes de cigarrillos es sumamente efectiva, la gente tan solo con verla se aleja de los quioscos sacudiendo la cabeza y murmurando "cómo he podido estar tan ciego". Y es que francamente hace un despliegue formidable de argumentos demoledores.
Yo no puedo menos que envidiar al maestro de la dialéctica comunicacional que pergeñó ésta maravilla:


Sencillamente sublime, una metáfora tan inspirada como desgarradora acerca de los riesgos de ésta conducta a todas luces reprobable, y de las consecuencias de tamaña falta de autoestima.

La sutilísima alusión a un pene que no logra alcanzar la erección es tan conmovedora como concientizadora; yo, con mis propios ojos, pude ver a un señor con la cajilla en la mano mirándose la entrepierna y lagrimeando, mientras decía bajito "perdoname, yo no sabía".

Por supuesto, éste es un país de disconformes. Ya se han alzado voces diciendo que no es suficiente, que la gente es demasiado estúpida para entender algo como ésto, que la verdad no ofende y que mejor una foto con un pene de verdad, y no esa gilada de la ceniza caidita. Desde el MSP se les habría respondido que no hay que poner la carreta delante que los bueyes, que esa idea quedaría para mediados del 2007 y podría llevar por leyenda algo del tipo "Al que fuma no se le para".

Lo cierto es que esa imagen (que como dijo el poeta, vale más que mil o dos mil palabras) es de un impacto sólo comparable al texto que la acompaña:

¿más hombre o menos?

Genial !, Impresionante !

Al fin alguien se anima a decirle al pan pan y al vino vino, el tipo que tiene problemas de disfunción eréctil es menos hombre!!

Ya después si es fumador o no es fumador no importa tanto como ésta revelación de nuestros expertos en salud, si no te funciona bien sos menos hombre, chiquitín !

Al fin le podemos tapar la boca a mi vecino de al lado, que con los muchachos de la cuadra siempre le decíamos que era poco hombre y él se venía con teorías raras, ahora sí tenemos la palabra oficial del Gobierno, así que a llorar al cuartito.

Luego continúa otro texto ya no tan de impacto, más científico, una línea argumental mucho más sólida para aquellos giles que se ponen a racionalizar cualquier pavada:


"El 80% de quienes consultan por trastornos sexuales son fumadores."

Estadística pura, no citan la fuente, pero siendo del ministerio hay que creerles, tiene que ser cierto.

Éste dato me dejó muy preocupado y siguiendo la misma línea de razonamiento me puse a investigar más, y me encontré con otros datos aterradores.

Yo no quisiera provocar alarma pública, pero creo que la gente debería saber toda la verdad.

Agárrense porque ésta información hasta hoy no había sido difundida, pero es para tener en cuenta y actuar en consecuencia.

El 98% de los que consultan por trastornos sexuales (sí, leyeron bien, el 98%) sabían leer y escribir.

Es un desastre ! El 98%!!!

Por qué nadie nos avisó a tiempo ?

Y encima nos obligan a ir a la escuela, es desquiciante!.

Espero que el gobierno tome rápidamente medidas sobre éste tema, y al menos cuelguen a la entrada de colegios, escuelas, liceos algunos carteles que podrían decir por ejemplo "más burro o menos", la imagen que lo acompañe la dejo a la imaginación de mentes más creativas y lúcidas.

Otro dato acalambrante (bueno, al menos yo me acalambré), el 100% de los fallecidos en la última década había consumido agua mineral al menos una vez.

Yo cuando leí ésto casi me infarto, de inmediato fuí a tirar el agua Salus y compré cervezas y vodka; y es que apenas el 3% de los fallecidos había bebido vodka en el mismo período.

Por que no le avisan a la gente que la están envenenando ? Estamos todos condenados debido a la omisión negligente de nuestros gobernantes.

Y desde ya me animo a arriesgar un pronóstico, porque éste tema debe enfrentarse con valentía... seguirá muriendo gente que alguna vez ha tomado agua mineral. Lo sé, es duro, pero es cierto.

Datos como éstos podría darles decenas más, creo que ya va siendo hora de tomar al toro por los cuernos y extender ésta campaña a todos los ámbitos que sea necesario, porque salta a la vista que estamos rodeados; estamos a merced de intereses espúreos que únicamente piensan en engrosar sus arcas sin reparar en que detrás de los números hay gente que está sufriendo.

Yo de mi parte voy a tratar de dejar de fumar porque quiero ver si vuelvo a ser un poco más hombre y me consigo una novia.

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Que el cigarrillo es una mierda está bastante claro, pero me parece penosa la manera en que se subestima a la gente (los mismos que los pusimos donde están y les pagamos el sueldo), como si fuéramos todos subnormales.

Y si, como al subsecretario de salud le gusta repetir en cada entrevista que da, el tabaquismo es una enfermedad, sería interesante igualar a los fumadores a los demás enfermos, al menos respetándolos como a los demás, o ridiculizando a los demás enfermos, no solo a los tabacodependientes, sino también a los alcohólicos, a los que tienen sida, problemas coronarios, asma o alzheimer.

Personalmente preferiría la primer opción, pero bueno, quizás mañana despertemos y la ministra haya decidido que la obesidad es un problema y comencemos unas campañas de humillación sistemática a los gordos.

Ya me imagino alguna foto de personas excedidas de peso desnudos en la puerta de algún matadero con la leyenda "vaca...yendo gente al baile" decorando el packaging de cada hamburguesa, bolsa de azúcar, o helado que se ponga a la venta.

Creo que no alcanza con tener razón, también hay que saber que hacer con ella.