sábado, 26 de mayo de 2007

Autismo

AutismoA veces se pierde el foco, el ruido de fondo se convierte en forma, los orígenes se desvirtúan en pos de una comprensibilidad prescindible, innecesaria.
En algún punto se comienza a adornar lo esencial con explicaciones ociosas, teorías alrededor de lo que no las necesita, de lo que no tiene ni quiere tener continuidad lógica.
He estado pensando que probablemente sea buena idea retomar aquel camino de autismo primigenio, pasar de perpetuos errores, de constantes fluctuaciones y fallos de decodificación que no hacen más que distorsionar un mensaje que no tiene más destinatario que uno mismo.
Evitar la sobreinterpretación de cosas simples y la banalización de cosas complejas, la racionalización de lo irracional y la romantización de lo lógico, los ingenuos anhelos de empatía en un universo de entropía.
No hay algún oscuro mensaje esperando ser desentrañado, ni adivinanza ni criptograma; es menester ser dueño de algo más que intuición y buena voluntad.
Porque hay más que el color de los ojos, los platos preferidos, los amores pasados, los deseos futuros y los conflictos atemporales, hay más que anécdota, hay esencia, aunque muchas veces se confunda la una con la otra sin siquiera imaginarlo.
No es un pronóstico alocado suponer que tarde o temprano serán requeridas las variables faltantes para resolver también ésta ecuación, como otras antes, como otras después, quizás; ignorando lo más obvio, no hay omisiones. Hay una esencia que está fuera del alcance del observador miope, hay aves que vuelan demasiado alto para el pretencioso aprendiz de augur, hay diagnósticos casi imposibles y extrapolaciones infinitas.
Vuelvo al principio.

No hay nada aqui para nadie, no hay nada mas aquí que efectos residuales dejados por el absurdo transcurrir del único ser que no puede vivir sinmigo.