sábado, 7 de julio de 2007

Un poco más de todo

Hace un par de días se me dió por escuchar algo de Los Caballeros de la Quema, y desde entonces quedé enganchado con un tema en particular que no conocía pese a ser del año 2000, Rómulo y Remo.
Me ocurre todo el tiempo, hay canciones que se me pegan y las escucho decenas de veces, obsesivamente, éste es solo un caso de tantos.
Esta conducta seguramente tenga hasta algún malsonante nombre clínico, pero no es el asunto de éste post, sino la canción en sí.

No sólo apenas empieza a sonar me da ganas de bailar, de hecho he estado haciendo algo que podría clasificarse como "bailar" todo el día, sino que la letra me resulta impecable.
Es una excelente lista de cosas que suscribo casi en su totalidad.
Hace algún tiempo hice una lista de cosas que odio, lista que deberé aggiornar un día de éstos.
Tenía intención de hacer un par de listas similares sobre las cosas que me gustan o me gustarían.
Y bueno, quizás éste sea un buen comienzo.






Rómulo y Remo


Dos negras dominicanas,
una casa en la playa, tiempo que perder,
doscientos Don Perignones,
y la cara dura a prueba de chichones.
Secretos, amores, canciones más mejores,
invitarlo a Marlon Brandon una noche a cenar.
Ganar un puto sorteo,
que la democracia no nos tome el pelo.
Ser mas compinche de mi soledad,
no andar de oferta cuando vos no estás.


Un cuore que no tropiece
treinta y cinco veces con la misma piedra,
un buen cáncer en los huevos
para los Galtieri y para los Massera.
Amigos, enfiestes,
que me duren los dientes,
poder olvidarte cuando se me de la gana.
Que el cielo nos quede a mano,
por si en el infierno no quedan mas camas.
Venderme caro al peor postor,
pensar despacio y con hambre de gol.


Queremos todo
un poco más de todo,
de todo el toco y un poco además.


Diez kilos de sangre fría,
siempre en el bolsillo una buena mentira.
Tener suerte en los fracasos,
y con los pecados buena puntería.
De postre un gran vino,
de entrada un buen ombligo.
Un safari hasta las tetas de Graciela Alfano.
Ser viejo cuando no duela
y que la huesuda no me tenga en cuenta.
Que no te alcance lo que no te doy,
que no te sirva lo que nunca soy.


Queremos todo
un poco más de todo,
de todo el toco y un poco además.


Venderme caro al peor postor,
pensar despacio y con hambre de gol.


Los Caballeros de la Quema