lunes, 10 de diciembre de 2007

Perrito turro

Por segundo fin de semana consecutivo el clima me permitió hacer playa, ésta vez con el enano.
Al contrario que la semana pasada, ésta vez el agua estaba a una temperatura razonable para bañarse, por suerte, porque el calor estaba intenso.

El domingo había además ya más gente, lo que siempre ofrece algún espectáculo extra al del paisaje.
En éste caso mi atención se desvió hacia una pareja de unos 30 años que estaba próxima a nosotros.
No habría reparado demasiado en ellos, si no fuera porque estaban con dos hermosos perros labradores que no paraban de jugar en el agua.

Estuvieron más de una hora corriendo, entrando y saliendo del agua, aunque no me percaté demasiado de la razón hasta que los observé más detenidamente.
El dueño agarraba un palito y lo lanzaba al agua mientras ambos perros esperaban ansiosos.
En cuanto la ramita volaba hacia el agua ambos animales comenzaban una veloz zambullida para salir con el palito y traérselo a su amo para que éste lo lance una y otra vez.
Así pasaron, corriendo, nadando, saltando...



Comencé a observar que uno de ellos, levemente más grande de tamaño que el otro, ganaba siempre la carrera hasta el palito. "Será más rápido nadando", pensé obviamente sin nada más productivo en lo que pensar.
Seguí observando largo rato, pero no había caso, siempre ganaba el mismo perro, y empecé a notar que el segundo, que siempre llegaba a destiempo, intentaba arrebatarle el trofeo mientras el vencedor nadaba triunfal de regreso, una y otra vez.

"Pobre, ojalá gane alguna vez", divagué tendido al sol como un lagarto.
"Ésta vez va a ganar", calculé, estaba muchísimos metros más cerca de donde caería el palo según mis cálculos, no menos de 10 metros de ventaja debían bastar.
Pero perdió una vez más.
Y allí entendí por qué, pude ver con claridad que perdería siempre.
Todos sus esfuerzos estaban condenados al fracaso.

El segundo perrito, pobre turro, no quería ganar, simplemente quería evitar que el otro gane.
Mientras el eterno vencedor no perdía de vista al palito, y seguía a su objetivo en todo momento, el eterno segundón no miraba al palo, sino al primer perro, y cuando éste corría le seguía, tratando de privarle de su trofeo, incapaz de ganárselo en buena ley.


Me aburrí de ver cómo la escena se repetía una y otra vez.
Ya sabía que siempre ganaría el mismo, ni gracia.
Me dediqué a ver al enano luchar contra las olas, y dejar la cabeza volar a voluntad por cualquier bobada que cruzara por la mente.
Y volví al perrito turro, sin querer me encontré pensando que hay gente así, más preocupada por arrebatarle la satisfación a los demás que por perseguir la propia.
Pobres perritos turros que ven como los demás atrapan palitos, mientras ellos se conforman con observar y, si pueden, disfrutar de la única forma que conocen, arrebatándoles algún buen momento a los demás.



Una salsita que viene al caso; posiblemente Rubén Blades sea mi preferido en éste género.
Además de todo el swing, el hombre es un filósofo.
No habla de perritos, sino de camaleones, pero para el caso es casi lo mismo.
Distintos animalitos para una misma actitud, animalitos que no saben vivir, ni dejar vivir.
Va con letra y todos los chiches, vale la pena tener presente lo que dice, nunca se sabe...




Camaleón

Qué es lo pasa camaleón?
Calma la envidia que me tienes.
Aunque tu cambies de color,
yo siempre sé por dónde vienes.
Yo te conozco camaleón,
lo que te está volviendo loco
es que tu has visto poco a poco
que tu maldad no me hace daño,
que estoy más fuerte cada año,
y eso te está rompiendo el coco.

Qué es lo que pasa camaleón ?
Que tu ves que tu maldad no me hace daño
Qué es lo que pasa camaleón ?
Que aunque trates de pararme
sigo fuerte cada año
Qué es lo que pasa camaleón ?
Yo vivo vivo de la verdad
y tú comiendo del engaño
Qué es lo que pasa camaleón ?
A donde yo vaya tres guerreros van conmigo,
(Qué es lo que pasa camaleón ?)
ellos protegen mi espalda
contra los malos amigos.

Ten cuidao con el camaleón,
que detrás de la sonrisa
lo que esconde es su rencor.
Ten cuidao con el camaleón,
aprende a reconocerlo
aunque cambie de color.
Ten cuidao con el camaleón,
no me arrastra tu corriente
porque no soy camarón.

Ten cuidao con el camaleón,
aunque te enseñe la cara
no te muestra el corazón.
Ten cuidao con el camaleón,
con anzuelo tan chiquito
no se pesca tiburón.
Ten cuidao con el camaleón,
di que amigo pero ten cuidao,
di que amigo pero ten cuidao, cuidao.
Ten cuidao con el camaleón,
lo reconozco donde quiera, donde quiera
aunque llegue disfrazao.



Rubén Blades