Mas divague
Hace años que sólo miro fútbol cuando no tengo algo mejor que hacer.
Vista la performance de Peñarol los últimos tiempos, eso es una suerte, aunque ésta conducta se remonta a la época en que a veces le ganábamos a alguien.
Por desgracia ayer no encontré nada más interesante que ver el clásico.
Más allá que el partido fue espantoso, lo verdaderamente grave fue no encontrar algo mejor que hacer, no era una tarea imposible ni de cerca, y aún así terminé sentado frente a la tele.
Cuando acabó el primer tiempo ya estaba con un aburrimiento que me consumía, íbamos ganando con un gol de penal mal cobrado, una maravilla.
Mejor me voy a hacer las compras y a buscar un DVD.
Como casi todos saben, en el supermercado Disco (como en otros, creo), por cada compra te van dando puntos para luego cambiarlos por algo.
Para mí hasta anoche ésto era una leyenda urbana, no lo había podido comprobar, pero finalmente debuté.
El año pasado mi madre con sus puntos me había regalado un teléfono inalámbrico para la casa, porque el fijo aquí no es muy práctico, si estoy afuera nunca llego a tiempo a atender.
Así que ahora tocaba devolverle los puntos, convertidos en un reproductor de DVD, ojalá funcione.
Lo curioso es que cuando en la tarde mi madre fue a preguntar si habían recibido el aparato para ir a buscarlo, la encargada le respondió que sí, pero que había que ir antes de las 11 de la noche, porque a esa hora "se cae el sistema".
Eso es organización, a las 11 se nos cae el sistema, a las 12 y cuarto nos asaltan, "el jueves a las 4 ?, imposible!, a esa hora se nos va a descomponer la cámara de frío".
El cliché de que se "cae el sistema" sigue dando resultados a la hora de poner excusas, como si tener un sistema que se cae todo el tiempo no fuera una señal de ineptitud.
Se ha juntado el comienzo de febrero, con un fin de semana largo por el carnaval, y el centro de noche está que revienta de gente nuevamente.
Me han dicho que en Montevideo no queda nadie, quizás sea una buena alternativa aprovechar para ir para allá éstos días.
Mañana lunes tenemos desfile de carnaval por aquí, por Atlántida.
Nunca fui muy carnavalero que digamos, habré ido a 10 tablados en toda mi vida, y nunca al Teatro de Verano a ver el concurso; fuí a ver a Lou Reed, pero ese es otro tema.
A las Llamadas recuerdo que fui muy de chico, con mi madre, y me cayó de algún piso alto una bomba de agua que me dió en la boca del estómago. Encima de empaparme como corresponde terminé arrollado sin poder respirar como si me hubieran dado una piña y volvimos para casa.
Ya mayor regresé cuando logré superar aquello, luego de años de terapia (no es cierto pero queda bien), y me pudrí como un hongo, a qué negarlo.
Desde entonces no frecuento los desfiles, a veces si coincide que lo están pasando en la tele me quedo esperando algún primer plano de algún ejemplar femenino revoleando la osamenta, y luego continúo con mi zapping.
Pero bueno, acá el desfile es más de entrecasa, dura menos, y la caminata de regreso a casa es corta, así que posiblemente vaya.
Además siempre será mejor eso que volver a ver a Peñarol.
No ando muy rockero éstos días, la semana pasada mirando un programa de el canal de cable de El Gourmet, me llamó la atención la canción de la cortina de cierre, que resultó ser de Gloria Estefan.
La señora no cuenta con mis simpatías en muchos aspectos, pero canta bien, y la canción se me pegó hasta ahora.
Es del 2003 y yo recién vengo a enterarme que existe, pero bueno, se llama Hoy, y aunque el video es medio banana la canción me ha gustado.
La segunda es de Manu Chao, también hace un par de días que no me la puedo sacar de encima, así que me desquito acá.
Se llama "Me llaman calle", y ya sé que alguno dirá que Manu hace siempre la misma canción, siempre el mismo disco, pero bueno, es más fuerte que yo, me encanta lo mismo, y es lo que hay.
Vista la performance de Peñarol los últimos tiempos, eso es una suerte, aunque ésta conducta se remonta a la época en que a veces le ganábamos a alguien.
Por desgracia ayer no encontré nada más interesante que ver el clásico.
Más allá que el partido fue espantoso, lo verdaderamente grave fue no encontrar algo mejor que hacer, no era una tarea imposible ni de cerca, y aún así terminé sentado frente a la tele.
Cuando acabó el primer tiempo ya estaba con un aburrimiento que me consumía, íbamos ganando con un gol de penal mal cobrado, una maravilla.
Mejor me voy a hacer las compras y a buscar un DVD.
Como casi todos saben, en el supermercado Disco (como en otros, creo), por cada compra te van dando puntos para luego cambiarlos por algo.
Para mí hasta anoche ésto era una leyenda urbana, no lo había podido comprobar, pero finalmente debuté.
El año pasado mi madre con sus puntos me había regalado un teléfono inalámbrico para la casa, porque el fijo aquí no es muy práctico, si estoy afuera nunca llego a tiempo a atender.
Así que ahora tocaba devolverle los puntos, convertidos en un reproductor de DVD, ojalá funcione.
Lo curioso es que cuando en la tarde mi madre fue a preguntar si habían recibido el aparato para ir a buscarlo, la encargada le respondió que sí, pero que había que ir antes de las 11 de la noche, porque a esa hora "se cae el sistema".
Eso es organización, a las 11 se nos cae el sistema, a las 12 y cuarto nos asaltan, "el jueves a las 4 ?, imposible!, a esa hora se nos va a descomponer la cámara de frío".
El cliché de que se "cae el sistema" sigue dando resultados a la hora de poner excusas, como si tener un sistema que se cae todo el tiempo no fuera una señal de ineptitud.
Se ha juntado el comienzo de febrero, con un fin de semana largo por el carnaval, y el centro de noche está que revienta de gente nuevamente.
Me han dicho que en Montevideo no queda nadie, quizás sea una buena alternativa aprovechar para ir para allá éstos días.
Mañana lunes tenemos desfile de carnaval por aquí, por Atlántida.
Nunca fui muy carnavalero que digamos, habré ido a 10 tablados en toda mi vida, y nunca al Teatro de Verano a ver el concurso; fuí a ver a Lou Reed, pero ese es otro tema.
A las Llamadas recuerdo que fui muy de chico, con mi madre, y me cayó de algún piso alto una bomba de agua que me dió en la boca del estómago. Encima de empaparme como corresponde terminé arrollado sin poder respirar como si me hubieran dado una piña y volvimos para casa.
Ya mayor regresé cuando logré superar aquello, luego de años de terapia (no es cierto pero queda bien), y me pudrí como un hongo, a qué negarlo.
Desde entonces no frecuento los desfiles, a veces si coincide que lo están pasando en la tele me quedo esperando algún primer plano de algún ejemplar femenino revoleando la osamenta, y luego continúo con mi zapping.
Pero bueno, acá el desfile es más de entrecasa, dura menos, y la caminata de regreso a casa es corta, así que posiblemente vaya.
Además siempre será mejor eso que volver a ver a Peñarol.
No ando muy rockero éstos días, la semana pasada mirando un programa de el canal de cable de El Gourmet, me llamó la atención la canción de la cortina de cierre, que resultó ser de Gloria Estefan.
La señora no cuenta con mis simpatías en muchos aspectos, pero canta bien, y la canción se me pegó hasta ahora.
Es del 2003 y yo recién vengo a enterarme que existe, pero bueno, se llama Hoy, y aunque el video es medio banana la canción me ha gustado.
La segunda es de Manu Chao, también hace un par de días que no me la puedo sacar de encima, así que me desquito acá.
Se llama "Me llaman calle", y ya sé que alguno dirá que Manu hace siempre la misma canción, siempre el mismo disco, pero bueno, es más fuerte que yo, me encanta lo mismo, y es lo que hay.