lunes, 7 de enero de 2008

Dos videos acalorados

Es 7 de enero, y hace mucho, mucho calor.
Son casi las 7 de la tarde y las chicharras siguen incansablemente haciéndonos notar que la temperatura a éstas horas, aunque algo más baja, aún no da respiro, según la TV tenemos 29 grados, y se siente como si fueran 40.

Imposible hacer siesta, aún con el ventilador a máxima potencia al lado de la cama.
Ando pensando seriamente en ir hasta la playa a darme una zambullida, aunque las 4 cuadras de caminata se me hacen 4 kilómetros.

Mientras me decido pienso en escribir algo en el blog, pero... no tengo ganas de pensar.
Así que busco un par de videos..., con que excusa ?, el calor, los veranos, la playa... nada de eso.
Tendría que ponerme a buscar y hoy no es el día.
Me limito a rescatar de entre mis
bookmarks un par de canciones en español de los ochentas.
Lo que tienen en común es justamente eso, dos grupos españoles y dos canciones que disfruté un par de décadas atrás.

Los primeros, del grupo Gabinete Caligari, fueron de lo primero que escuché en materia de rock ibérico.
Aquí apenas comenzaba tímidamente lo que sería luego un movimiento más importante de rock nacional, y en España estaban en plena movida.

En la ya inexistente Emisora del Palacio, a medianoche en un programa llamado "
Ahora es tiempo" invitaban a gente conocida a programar media hora de música.
Allí apareció Gabriel Peluffo, vocalista de Los Estómagos, con algunos de sus discos, y pude así escuchar por primera vez a grupos como Parálisis Permanente o Gabinete Caligari.
Más tarde me transformaría en fiel seguidor de Gabinete, y aunque me gusta todo su repertorio, desde la época en que hacían música más "oscura", lo que más disfruto es su etapa de lo que por allí han dado en llamar "rock torero".
La primera canción suya que escuché, fue esa noche,
Al calor del amor en un bar, a éstas alturas un clásico.



Yo por entonces escuchaba muchos cassettes, eran pocos los vinilos que tenía, por un tema sobre todo económico, los vinilos de la música que más escuchaba eran importados, y por eso mismo, caros.
Además era realmente difícil conseguir buen rock y pop español, lo que caía en mis manos eran cintas que yo copiaba.
El sonido de aquellas grabaciones era casi siempre espantoso.
Una vez, por impresionar a una novia, decidí mandarme el gesto, y me fui a una casa de discos importados a gastarme unos cuantos pesos en un disco.
Quiso la suerte que ya con el disco para ella en mis manos viera una mesa de ofertas, donde a un precio ridículamente bajo había un LP de otra banda española, la Orquesta Mondragón, de la que yo conocía apenas un par de canciones.
Así que aquel día volví a casa con dos discos, uno para regalar, y otro, de la Orquesta Mondragón, para mí.

Aquel disco lo debo haber dejado finito de tanto escucharlo, tenía un par de temas memorables, uno de ellos el que incluyo en el segundo video de hoy, el tema titulado "Lola, Lola".